sábado, 19 de abril de 2014

NUESTRO EPÓNIMO


DIPLOMADO GERENCIA EDUCATIVA Y COMUNITARIA.
Participante: SOL MARÍA GALLARDO MARTÍNEZ.
C.I. V-6.843.754

Considerando los  elementos básicos y paradigmáticos mencionados por la Profesora María Gabriela Fernández a continuación se reflexionará, analizará y evaluará esos elementos en nuestra escuela para formar su Identidad.

 IDENTIDAD DE LA UNIDAD EDUCATIVA ESTADAL "VÍCTOR PADILLA".




 NUESTRO EPÓNIMO

¿QUIÉN FUE “VÍCTOR PADILLA”?

Este insigne educador ofrendó sus aspectos y juventud a la educación Venezolana. Despuntó desde niño su vocación de saber, para entregar enseñanzas frescas a sus compatriotas, la cuál quedó de manifiesto en sus juegos infantiles y en sus relaciones con los de su misma edad, a las que serviría de maestro en las ocasiones que lo permitían el ocio y sus escapadas del hogar, Los padres adversos de esa actitud pedagógica, trataron de formar sus potencias espirituales para el bien común, enviándolo a la Escuela Normal, tan pronto regresó de la primaria.        
            Hecho todo un profesional del magisterio, trabajó en varios centros educativos con tanto interés y cariño, que la superioridad le impuso responsabilidades muy superiores a su propia edad, las que cumplió a carta cabal.
   Víctor Padilla  nació en la ciudad de Maracay, el 23 de abril de 1933, y aunque venía de hogar sencillo y de escasos recursos, pudo vencer los obstáculos, gracias  a la diligencias de sus progenitores, que no le negaron el tiempo requerido para su preparación elemental ni ayuda para su formación de educador.
             Trabajó en planteles de los contornos de su lugar natal, más tarde, debido a su capacidad y virtudes ciudadanas, fue designado para ejercer cátedras en la Escuela Normal “La Asunción” del estado Nueva Esparta.
En 1958; su fama metodológica le propiciaron nuevas horas y mayores entradas económicas al asumir cátedras en la Normal “Miguel Suniaga”, también en tierras margariteñas, función que cumplió en 1959 – 1962, cuando la superioridad lo trasladó a labores de más categoría en la Escuela Experimental de Mejoramiento Profesional de El Mácaro, en Turmero – Estado Aragua.
Pero en Padilla había, además del forjador de juventudes, un trabajador gremial de primera fila; le preocupaban tanto los bajos sueldos del magisterio, como los bajos niveles culturales y profesionales de los maestros y dió comienzo a sus luchas en pro de mejoras económicas.
Víctor Padilla, trabajaba afanoso en sus ideas de elevación para sus colegas, cuando resultó electo delegado a la XIX Convención del Magisterio en Ciudad Bolívar, y en uno de sus recesos, los delegados fueron trasladados al bellísimo Salto de La Llovizna, en las inmediaciones del otro magnífico Salto denominado Cachamay, un inolvidable domingo 23 de agosto de 1964, en la mañana y agolpados en una cantidad superior de peso sobre el pequeño puente que les daría paso a otro lado por encima del salto, más de una decena se precipitó al abismo de agua, pereciendo al poco rato; entre esas víctimas de la tragedia estaba Víctor Padilla.

Y recordando este insigne EDUCADOR nuestra escuela lleva orgullosamente su nombre. 

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