DIPLOMADO GERENCIA EDUCATIVA Y COMUNITARIA.
Participante: SOL MARÍA GALLARDO MARTÍNEZ.
C.I. V-6.843.754
Considerando los elementos básicos y paradigmáticos mencionados
por la Profesora María Gabriela Fernández a continuación se reflexionará,
analizará y evaluará esos elementos en nuestra escuela para formar su
Identidad.
IDENTIDAD DE LA UNIDAD EDUCATIVA
ESTADAL "VÍCTOR PADILLA".
NUESTRO EPÓNIMO
¿QUIÉN FUE “VÍCTOR PADILLA”?
Este insigne educador ofrendó sus aspectos y juventud a la educación
Venezolana. Despuntó desde niño su vocación de saber, para entregar enseñanzas
frescas a sus compatriotas, la cuál quedó de manifiesto en sus juegos
infantiles y en sus relaciones con los de su misma edad, a las que serviría de
maestro en las ocasiones que lo permitían el ocio y sus escapadas del hogar,
Los padres adversos de esa actitud pedagógica, trataron de formar sus potencias
espirituales para el bien común, enviándolo a la Escuela Normal,
tan pronto regresó de la primaria.
Hecho todo un profesional del magisterio, trabajó en varios centros educativos
con tanto interés y cariño, que la superioridad le impuso responsabilidades muy
superiores a su propia edad, las que cumplió a carta cabal.
Víctor Padilla nació en la ciudad de Maracay, el 23 de abril de
1933, y aunque venía de hogar sencillo y de escasos recursos, pudo vencer los
obstáculos, gracias a la diligencias de sus progenitores, que no le
negaron el tiempo requerido para su preparación elemental ni ayuda para su
formación de educador.
Trabajó en planteles de los contornos de su lugar natal, más tarde,
debido a su capacidad y virtudes ciudadanas, fue designado para ejercer
cátedras en la Escuela Normal “La Asunción” del
estado Nueva Esparta.
En 1958; su fama
metodológica le propiciaron nuevas horas y mayores entradas económicas al
asumir cátedras en la Normal “Miguel Suniaga”,
también en tierras margariteñas, función que cumplió en 1959 – 1962, cuando la
superioridad lo trasladó a labores de más categoría en la Escuela
Experimental de Mejoramiento Profesional de El Mácaro, en Turmero –
Estado Aragua.
Pero en Padilla había, además del forjador de juventudes, un trabajador
gremial de primera fila; le preocupaban tanto los bajos sueldos del magisterio,
como los bajos niveles culturales y profesionales de los maestros y dió
comienzo a sus luchas en pro de mejoras económicas.
Víctor Padilla, trabajaba afanoso en sus ideas de elevación para sus
colegas, cuando resultó electo delegado a la XIX Convención del Magisterio en
Ciudad Bolívar, y en uno de sus recesos, los delegados fueron trasladados al
bellísimo Salto de La Llovizna, en las inmediaciones del otro magnífico Salto
denominado Cachamay, un inolvidable domingo 23 de agosto de 1964, en la mañana
y agolpados en una cantidad superior de peso sobre el pequeño puente que les
daría paso a otro lado por encima del salto, más de una decena se precipitó al
abismo de agua, pereciendo al poco rato; entre esas víctimas de la tragedia
estaba Víctor Padilla.
Y recordando este insigne EDUCADOR nuestra
escuela lleva orgullosamente su nombre.
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